Estoy en la misma habitación, de nuevo, desmoronándome entre tantos dolores, y solo me acompaña tu fantasma… ese que no es tuyo sino mío.

Llegó a mi el día que te fuiste, ese día que quise gritar “no me dejes, por favor no te vayas, no me dejes sola”, pero no me alcanzó la voz, y ya era muy tarde porque te habías marchado tan lejos, tan frío… y la oscuridad te abrazó tan dulcemente que sentí envidia y quise ser oscuridad.

Y lloré; aun lloro, porque aunque no estás -ya no-, cada día tu fantasma se sienta a mi lado y me besa la punta de la nariz y me regala recuerdos que ya no consigo soportar. No quiere irse y yo me niego a dejarlo ir, porque es lo único que me queda de ti, y sin el no tengo nada.

Nadie entiende mis tristezas… no podrían; porque mis tristezas se entierran con las uñas en el pecho y se quedan ahí, porque solo yo las entiendo, y ellas me entienden a mi.

©2010-2011 *sultan-alghamdi

Hoy me muero… tal vez mañana sea diferente, tal vez.

Escuchando: Nada, hoy no es día de música, hoy es día de lagrimas y besos rotos.