Que me hagas el amor con fuego para sentir llamas recorriéndome la piel… desde los dedos de los pies hasta la -fría- punta de mi nariz.
Que me desnudes con los ojos y que me muerdas los labios, rojos de sangre y de pasión, llenos de besos y palabras (todos para ti).
Sentir cómo te estrellas contra mis pechos como una ola que muere en la arena de la playa y anclar mis piernas a tu espalda.
. . .
Querer, querer, querer… el problema ahora es ese. ¿Por qué tardas tanto?
Guarda tus manos en mis bolsillos, yo seguiré cubriéndome los ojos con cintas de colores hasta que decidas despertar.